Creo que los animales ven en el hombre un ser igual a ellos
que ha perdido de forma extraordinariamente peligrosa el sano intelecto animal,
es decir, que ven en él al animal irracional, al animal que ríe, al animal que llora, al animal infeliz.
Friedrich Nietzsche
Marco Antonio, el adolescente amo en experiencia y alegría las enseñanzas de escultismo del otro niño-hombre Baden Powell, por este camino llego a ser uno de los pocos y primeros scouts en el Cauca a tener el honor de portar en su uniforme la insignia de Conservador de la naturaleza, un oso panda -especié en extinción- sobre una flor de lis. La memoria me trae el recuerdo agradable de verlo en su casa, a la madrugada, lleno de felicidad, el primer día que orgulloso portando la insignia, hicimos nuestro primer viaje de aventuras a Bogotá.
Marco Antonio, nos sorprende en cada momento que toma un lápiz y escribe. Sus poemas que le cantan a lo cotidiano que no lo es. Sus novelas que escriben al imaginario de su amada Popayán y de las personas en la valentía de ser, humano. Las columnas en lo justo de su ciudad, colocándolas las cosas en su dimensión para tomar correctivos, aún haciéndonos reír.
Ahora el escritor nos trae un cuento de niños que es y no lo es como en la historia de Momo, un cuento que le canta a la vez a la gloria de ser maestro, a la eternidad de la tierra como madre del hijo hombre, que se porta como un mal hijo, no cuidándola, pero por sobre todo a los lazos indescriptibles de la amistad. Es a su vez un canto a la felicidad rutinaria de la vida escolar con los amigos de la niñez, que al final son los mejores de la vida.
El Libro de Marco Antonio Valencia “El Profesor espantapájaros”, viene a ser todos y ninguno de los siguientes prodigios:
Es un cuento de aventuras, ya que cada intervención del protagonista es una lección de ingenio con viajes imaginarios.
Es un libro curioso, en que cada alusión a una característica inigualable o especial de un ser vivo despierta hambre de conocimiento.
Es una historia mágica porque la historia en sí relaciona otros mundos diferentes y únicos.
Es una lección poética de naturaleza, amándola a través del conocimiento.
Es un libro sencillo, corto, lo corto y bueno, doblemente bueno, pero también habla de los amigos, de la infancia, de los extraños y maravillosos seres que la providencia escogió para ser profesores, que se convierten en tus amigos.
El poeta ha entendido como pocos que nuestra existencia misma depende del equilibrio delicado con el resto del planeta, que lo sacro junto con lo práctico está íntimamente relacionado, un visionario igual a los maestros de la Atlántida que hablaron antes que cayera el todopoderoso continente, de lo peligroso del manejo inapropiado de los poderes naturales. Y esto en su especialidad que solo se consigue educando, no como han enseñado que la educación son miles de tareas, lecciones de memoria, sino con risas, historias, el ejemplo personal, la fantasía. Un espejo del personaje del libro.
Lic. Gustavo Adolfo Constaín R.
Santiago de Cali, junio de 2008
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